El calor ya se está haciendo sentir y contar en nuestros hogares con un espacio para poder tomar aire pero al mismo tiempo estar en resguardo de las inclemencias del clima, se vuelve muy necesario. La galería es una gran solución; ya que es un área sumamente versátil que puede adaptarse sin importar las dimensiones de nuestro terreno, incluso, podemos recrearla en una terraza o en un balcón. Además de funcionar como como nexo entre el interior y el exterior sirve para proteger la casa del sol, la lluvia o el viento y, es por eso, que es uno de nuestros espacios favoritos y hoy haremos un repaso por los diferentes tipos de galerías que podés adaptar a tu casa. Ya sea refuncionalizando una zona que ya tengas, o creando uno totalmente nuevo.

Si bien podemos plantear su construcción en los planos iniciales de la casa, o marcarla para realizar en alguna etapa siguiente, utilizando los mismo materiales y teniéndola en cuenta como parte de la estructura principal, muchas veces es un espacio que queremos o que se nos hace necesario agregar en otro momento, por eso hoy te proponemos algunas opciones más baratas, rápidas  y fáciles para poder sumar una hermosa galería a tu hogar, sin necesidad de llevar a cabo una gran obra.

Galerías de madera 

Aunque se van poniendo de moda distintos materiales y cada vez hay más oferta en el mercado, la madera es un básico indiscutido. Sus beneficios son múltiples tanto  en costo como en facilidad de construcción, por lo que siempre está entre las primeras opciones. Aporta calidez sin romper con el espacio interior y además le brinda continuidad al jardín. Otro beneficio de la madera es su versatilidad; se fusiona a la perfección con diversos estilos: ya sea industrial, nórdico o escandinavo, náutico o bohemio, todos pueden partir de una estructura de madera.

El punto menos favorecedor de este tipo de galerías es su mantenimiento. Para que la madera se mantenga en excelentes condiciones, es necesario darle tratamientos periódicos, ya sean impermeabilizantes, barnices o pinturas. 

Techos semicubiertos 

Si tu patio es muy pequeño y no querés quitarle espacio de sol, un techo semiabierto puede ser la solución, el sol sigue iluminando, pero al mismo tiempo tendremos la sensación de estar al resguardo. Y solo colocando una protección transparente, como por ejemplo, el policarbonato, además podremos estar protegidos si el clima no es el ideal para estar afuera. 

Pérgolas con enredaderas 

A veces solo queremos disfrutar de la sombra pero sin romper la barrera de la naturaleza, en estos casos son ideales las pérgolas, donde podemos combinar madera con enredaderas que la cubran y podremos tener un bello lugar para descansar, o compartir momentos al aire libre.

El lado negativo es que este tipo de “galerías” permiten el paso del agua y que, salvo que elijamos una opción perenne, las enredaderas pierden sus hojas en invierno y, por lo tanto, su poder cubritivo. 

Techos de paja, cañas u otras fibras naturales

Si estamos buscando una alternativa parecida a la anterior pero con materiales que duren todo el año, podemos recurrir al ya conocido techo de paja. Con el auge de la arquitectura sostenible, la construcción con materiales naturales se vuelve una alternativa que mezcla lo ancestral con lo novedoso. Si bien, son materiales que se utilizaron en la arquitectura desde sus primeros pasos, las nuevas técnicas aportan novedad a este tipo de construcciones. Ideal para entornos rústicos y rodeados de naturaleza, las galerías con techo de paja y otras fibras, nos permiten mantener el fresco , refugiarnos del sol y de la lluvia, fusionándonos con el entorno. 

Utilizar toldos 

Cuando nuestro presupuesto o tiempo es acotado y no tenemos ganas para afrontar una obra, podemos solucionar el problema recurriendo al ya conocido toldo o carpa. Con solo unas columnas o unos parantes que se sostengan en el techo, podemos recrear una galería invirtiendo poco dinero. Otro beneficio que nos otorga este recurso, es el de poder retraerlo si necesitamos el espacio libre nuevamente. 

Construir nuestra galería con la  disposición correcta nos permite mantener el ingreso de luz natural en invierno, evitando que el interior se enfríe de más y en verano, nos ofrece protección del calor y del sol funcionando como un aislante térmico que deja disfrutar del encanto exterior durante todo el año. Además podemos agregarle algún tipo de cerramiento como por ejemplo: vidrios, ventanas o lonas para generar un ambiente aún más acogedor cuando las temperaturas son bajas, agregándole nuestras casas un nuevo espacio que puede ser aprovechado durante todo el año.  

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